martes, 11 de junio de 2013

LIDERAZGO: LOS ZAPATOS DEL OTRO

Intento recordar constantemente una frase que me dijo en una ocasión una persona sabia, a quien tuve de instructor en varios seminarios. Era algo así como que, cuando nos relacionamos y comunicamos con otra persona, no lo hacemos realmente con ella sino con la percepción que tenemos de ella.
Si no somos conscientes de ello, tenemos un problema. Porque la vida es negociación permanente, y no podemos evitar relacionarnos. Necesitamos hacerlo. Y el hecho es que el mundo en el que vivimos no es real. Es una construcción partir de modelos mentales hechos de percepciones.

Las diferentes personas tenemos diferentes maneras de percibir el mundo. Sobre esa base hemos de partir en cualquier negociación o relación que mantengamos con otras personas.
¿Cuántas veces no hemos criticado, juzgado…..? ¿Y por qué lo hacemos?
Pues porque todo lo analizamos y valoramos a través de nuestras reglas. ¿Somos capaces de ponernos en los zapatos del otro, aunque sea por un momento? Ese es el ejercicio más difícil del mundo por lo que parece, porque muy pocos son capaces de hacerlo en su vida diaria.

Pregúntate, ¿Cómo te sentirías si fueras esa otra persona de la que en este momento discrepas o que te parece que te hace sentir mal, esa a la que tienes ganas de criticar o juzgar?
Contémplala. Escúchala. No es necesario que la apoyes, ni que compartas lo que dice o hace. Tan solo comprende.

Abrazar lo opuesto es señal de sabiduría, de crecimiento, y expandirá tu vida. Desde una perspectiva amplia, cualquier sistema, desde el universo hasta nuestro propio cuerpo, es una red de relaciones, de ahí que nuestra evolución vaya íntimamente ligada a la construcción de herramientas de interconexión.


Por eso echamos de menos en el mundo que haya verdaderos líderes. Los líderes aprecian la comprensión de todo, integran, abrazan, equilibran, unen…….y se ponen en los zapatos del otro.


(Breve e interesante reflexión de Jodorowsky. Si pensamos acerca de ella podremos tener otra concepción de la vida y de las cosas)

3 comentarios:

  1. Lo que tú planteas en este artículo es la empatía, algo que actualmente nadie práctica. No sabemos o no queremos ponernos en la piel del otro, porque esto implica también, compartir sus experiencias, especialmente negativas.

    A veces es necesario criticar y poner los puntos sobre las y, especialmente en personas que por puertos interiores y carencias espirituales - falta de un desarrollo interior - actúan con menosprecio hacia los demás.

    Pondré un ejemplo: en mi blog de Cròniques mataronines he puesto a caldo al jurado del Torres García ante una falta de imparcialidad muy evidente. Es la quinta vez que pasa, y esta vez también he cuestionado la ASLL (l’Associació Sant Lluc per l’Art), porque a pesar de su esfuerzo, titánico, mantiene en un jurado que desde el principio ha llevado discrepancias con los sus veredictos.

    Naturalmente, esto no ha gustado nada al crítico de arte local, Pere Pascual, que me ha dejado de vuelta y media con su artículo en su blog, Transport públic, y lo ha hecho de una manera insultante, como siempre hace él cuando discrepa o algo le parece horroroso artísticamente hablado… según su criterio, claro está. Naturalmente le he respondido ... con respeto y buenas dosis de ironía, para no caer en su misma actitud insultante.

    ¿Por qué esa falta empatía conmigo, ya que yo no hablé de él en mi artículo? Sencillamente por no haber salido de las fronteras locales del arte, a pesar de sus amistades. Por no haber conseguido el statuts necesario al codearse con el partido gobernante en el poder local, por su intransigencia y su falta de formación humanística, y porque en el fondo sabe que el premio de pintura es más que discutible, que no tiene la repercusión necesaria por falta de medios, y supongo también por algunas frustraciones personales. Tal vez esta sea la clave de que no sepamos meternos en los zapatos de otro: frustraciones personales, envidias por nimiedades, distintos niveles de percepción de la vida. En resumen, distintos grados de evolución personal. No se puede hacer nada al respecto. La vida nos pone a prueba, esa es su misión para alcanzar un desarrollo pleno intelectual, profesional y sobre todo humanístico y espiritual.

    Personalmente te puedo asegurar que en estos momentos la prueba a la que me está sometiendo la vida es el hecho de estar tocando fondo, y tal todavía no haber llegado al fondo, pero confío en mi misma, y en que si las pruebas son duras, es por alguna razón, aunque ahora no la veamos. Es necesario confiar en uno mismo, y también en una vertiente espiritual – ya sabes que yo soy católica practicante – para tener suficiente fuerza interior, e incluso poder transmitirla a los demás, a pesar de los pesares, y más cuando las dudas nos asaltan y los miedos también.

    Hay un dicho: no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti. Pero hoy no se respeta.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. No estoy de acuerdo en que no se practique la empatía Marta, aunque sí es cierto que es escasa. Como siempre, toparíamos con el problema educativo. Tengamos esperanza, y la convicción de que si todos ponemos de nuestra parte esto cambiará. me vienen las palabras de Arthur Miller en "Todos eran mis hijos", cuando decía algo como "Se estaba destruyendo todo, pero tenía la sensación que había empezado a nacer algo nuevo, una especie de responsabilidad del hombre para con el hombre......"
    A menudo olvidamos que, para la evolución de las sociedades, lo esencial no es el individuo, sino la relación entre individuos. Cuidemosla. Erradiquemos esta educación que nos forma en la idea de que operamos contra el mundo y contra los demás contínuamente, y viceversa.Las crisis que hemos vivido se han generado en esa cultura del hombre y su relación con lo que le rodea.
    Celebro verte fuerte pese a las crisis.Conozco la situación que describes, pero todo será para bien. Hasta cierto punto es incluso lógico que las personas con mayor nivel de conciencia como tú se vean más afectados por situaciones así. Sois agentes de cambio, y para llegar a ser vuestra mejor versión hay que transitar ineludiblemente por el dolor. Solo ahí nace la esencia.

    ResponderEliminar